25 de noviembre de 2016

Israel continúa con sus políticas de acoso y agresión sobre el pueblo palestino.

El 90 % de la población de la Franja de Gaza carece de agua potable limpia y todas las reservas de agua se volverán inutilizables en el enclave hasta 2020.
Cerca del 39 por ciento de los palestinos en la Franja de Gaza está sumido en la pobreza, mientras que el 21 % vive con menos de 1,25 dólares al día y tiene serias dificultades para satisfacer sus necesidades básicas.

Un niño gazatí bebe agua de un depósito en el enclave costero palestino.

En un nuevo informe, el Banco Mundial (BM) afirmó la semana pasada que sólo el 10 por ciento de los residentes de Gaza consigue agua potable en comparación con el 90 por ciento de Cisjordania, informó el miércoles Quds Press.
El experto en agua y saneamiento del BM, Adnan Ghosha, afirmó que la reducción en la disponibilidad de agua dulce, junto con una creciente población, está dando lugar a un aumento de enfermedades relacionadas con el agua.
El informe tilda de un “desafío” la obtención de agua en la ocupada Cisjordania y mencionó zonas donde nadie tiene más de 25 a 30 litros de agua por día, en lugar de los 120 litros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).Al constante avance de los colonos, se suma el apartheid de agua que los israelíes han impuesto contra los palestinos.
El calor del verano azota Oriente Medio. Las temperaturas en algunos países de la región llegan hasta 55 grados en este período del año, y en Palestina, viven el verano aún peor. Hay escasez de agua y la gente tiene dificultades para cocinar, beber, para sus necesidades personales y hasta para mantener sus huertas. Ali, un agricultor palestino, residente en la ciudad de Nablus, en el norte de Cisjordania, depende de sus pequeños cultivos para mantener a su familia, y cuenta cómo sufre en el campo y en el hogar por la escasez de agua.
Pero en los territorios controlados por Israel, la cosa no es igual. Es el régimen de Israel el que maneja los recursos del agua en la zona y allí parece que todo abunda. Los israelíes, incluidos los colonos de los asentamientos ilegales en las tierras ocupadas, tienen acceso a 300 litros de agua diarios, mientras que la media en Cisjordania es de 70 litros. Además, el suministro de agua a las ciudades y aldeas palestinas no es continuo, sobre todo en verano, y los palestinos pueden quedarse sin agua durante semanas.
Israel tampoco permite la construcción o el mantenimiento de infraestructuras hídricas a los palestinos en el 60% del territorio de Cisjordania. En las zonas que sí está permitido, el proceso para obtener permisos puede durar de 3 a 4 años.
Los palestinos necesitan agua dulce para cultivar y los israelíes no les dejan coger agua dulce. El alto costo del agua ha obligado a muchos a renunciar a sus tierras y a emigrar. Hoy, palestinos, árboles y cultivos sufren una inaudita sed de justicia.

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