13 de febrero de 2016

Judaísmo y Zionismo son cosas distintas

Por Nicola Hadwa y Silvia Domenech

El judaísmo rechaza el zionismo
El judaísmo está asociado a la religión judía, es la fe de los judíos, la más antigua de las tres religiones monoteístas más difundidas (junto con el cristianismo y el Islam), tiene miles de años de existencia y está conformada por múltiples corrientes.
El judaísmo como tal es un aporte a la humanidad y sus valores y preceptos son de paz y armonía entre los hombres por lo que merece y es digno del mayor respeto. Como son dignos de respeto también todos los judíos, religiosos o no, que buscan la justicia en el mundo, que han luchado y luchan por un mundo más justo. Así, como ha señalado la Red Judía Antisionista Internacional, suman miles los judíos comprometidos con las luchas de emancipación humana y otros tantos han tenido una participación prominente... en la lucha de los trabajadores durante la depresión americana, en el movimiento de los derechos civiles, en la lucha en contra del apartheid sudafricano, en la lucha contra el fascismo en Europa y en muchos otros movimientos por el cambio social y político[1]. Son numerosos también los que están en contra del zionismo y el genocidio del pueblo palestino.
El zionismo, sin embargo, es algo totalmente diferente, y del judaísmo lo que le importa más que nada, si es que le importa algo, son sus creyentes, encerrando en sí un peligroso y letal carácter triádico. ¿Por qué? Porque exacerba el excepcionalismo judíos sobre la base de:

  • En primer lugar, lo que los autores llaman “su historia herencial”. 
  • En segundo lugar, la invención de una “conciencia nacional judía”
  • Y, en tercer lugar, la desvinculación de los judíos como personas, de sus países de origen y de sus intereses de clase.
Así, el zionismo es un sistema de representaciones mentales que deforma e invierte las condiciones materiales reales de existencia de los judíos para adaptarlas a sus fines, estando dirigido no sólo a ignorar a los palestinos, sino contra los palestinos. 
Para ello, utilizando la religión y los designios divinos, el zionismo construye sobre su base toda una inventada historia intentando justificar sus intereses socio-económicos en el Medio Oriente. ¿Cuál era dentro del Medio Oriente la zona que ofrecía mayores posibilidades para que en ella se realizara el sacrificio al Dios universal, el dinero? Indudablemente aquella zona que otro Dios había ofrecido: las tierras comprendidas entre el Mar Mediterráneo y el Río Jordán. Tenían pues, una justificación religiosa para iniciar la conquista. 
De esta forma, se desempolvan libros viejos y la historia es desplegada. Canaán se convierte en Judea, las tribus errantes aparecen como el “pueblo” de “Israel”, dueños estables de un territorio del cual, dicen, fueron expulsados, y se cimienta la idea de una herencia divina que les pertenece dado que, a pesar de todos los tenaces esfuerzos de conquistadores y “cristianos”, este pueblo aunque “dispersado” se mantiene vivo en todo el mundo.
Simultáneamente, y con un accionar bien material, los representantes de esta ideología se insertan en las contradicciones generadas por el avance del capitalismo y el nacionalismo en Europa entre las potencias imperialistas y en su lucha por repartirse el mundo, para manipular la exacerbación de los sentimientos nacionalistas judíos. Beneficiándose sobre todo de los resultados de las alteraciones en el equilibrio de poder en el continente europeo, inventan una conciencia nacional con vista a hacer realidad la divina promesa de una tierra, creando con todo ello condiciones favorables para dar el toque de gracia y el estímulo decisivo al incremento de la emigración y para camuflar sus objetivos, presentando al mundo una imagen edulcorada.
Para ello se valen de la situación de las masas judías pobres de Europa oriental y en especial en Rusia. Incluso, los mismos zionistas secretamente fomentaban desde las altas esferas acciones antijudias, llegando según se ha denunciado a hacer misteriosas publicaciones como el famoso “Protocolo de los sabios de Sión”, escrito evidentemente difamatorio de los judíos a los cuales les atribuye intereses demoníacos y destructivos. Esta publicación, que no tiene autor ni imprenta conocidos, aparece justamente durante la época del zarismo y estaba dirigida a desatar un fuerte sentimiento antijudio al tiempo que los zionistas proclamaban que el único lugar seguro para ellos era Palestina[2].
Junto a todo lo anterior, sus acciones con la masa judía se encaminan a desvincularla de sus países de origen, a confundir y desligar en ellos sus intereses como pobres y oprimidos, presentándolos como un problema racial e intentando mostrar que su situación de explotación no es – como ha sido - el resultado del mismo régimen capitalista, sino de su árbol genealógico[3]. Por lo que su situación socioeconómica, según el zionismo, no es el fruto histórico del desarrollo del régimen burgués, sino de su fe religiosa y de su condición de pueblo elegido. Todo lo cual les ha posibilitado utilizar a la masa judía - y, en consecuencia, utilizar a los propios creyentes judíos para lograr sus objetivos de ubicarse logísticamente en el Medio Oriente y apoderarse de sus recursos.
Aspectos todos ellos que responden a los intereses de la gran burguesía judía la cual, capitaliza a su favor - asociada y con el apoyo de la burguesía capitalista de otros países – una fe religiosa: el judaísmo, las masas judías y las propias contradicciones mundiales. Únase a todo ello el apoyo de los zionistas a todo tipo de dictaduras y, particularmente, a las latinoamericanas, el siniestro prontuario de sus acciones terroristas en el mundo, y su ensañamiento con los judíos de izquierda a quienes - por expresa petición del Mossad, la agencia de inteligencia[4] de la entidad zionista en el exterior -, se perseguía y asesinaba pues constituían un peligro  para dicha entidad.  
Todo ello permite pues inducir que es en el sistema de contradicciones que caracterizan al mundo de hoy, incluyendo por supuesto las contradicciones entre los países del Medio Oriente, donde hay que analizar el posicionamiento de la entidad zionista, ya que es en este sistema donde reside la base de su poder y de su accionar. Pero no hay que olvidar que es allí, también, donde se puede y se podrán encontrar las armas ideológicas para luchar contra ella y contra la ideología que representa.
Cuando se habla de zionismo, entonces, no se trata de los judíos en general, ni del judaísmo.
El zionismo es una ideología que asocia el concepto de judío a un grupo étnico, que pretende circunscribir el judaísmo en un concepto nacional y lo remite a un marco territorial determinado, particularizando la religión y restándole el carácter universal que ella posee sobre todos los pueblos sin distinción de razas o naciones. 
Al tratar de evitar la asimilación judía a toda costa, y poner la pertinencia racial por encima de su origen y su fe religiosa, da la imagen de un  Dios con carácter racista, con lo que destruye al judaísmo desde su interior y, con ello, la propia religión que sostiene a los judíos, construyendo así el basamento ideal para desplegar su contenido profundamente exclusivista, segregacionista y racista, violento y criminal.
En ese sentido, como ha sido señalado, el zionismo es un digno heredero de lo diseñado por los historiadores judíos alemanes que planteaban la idea de los judíos como un pueblo-raza. Idea que fue luego compartida por los nazis con las consecuencias ya conocidas. Ideas de razas, sean arias, semitas, o cualquiera, que - como se ha dicho - son tan estúpidas e inexactas como peligrosas[5].
En efecto al derivar la legitimidad,  de su existencia como entidad artificial, y su agresivo accionar, de su estatus como “hogar” de un “pueblo” y de su función de protección de ese grupo nacional, el zionismo convierte esa legitimidad y ese accionar en una consecuencia natural de su condición de nación y raza. Y, en eso, no se diferencia en nada del nazismo. 
 La convergencia de ambos, zionismo y nacional socialismo como ideologías similares en relación a etnicidad y nacionalismo - o sea, el reconocimiento por los zionistas del “principio de la raza” para el establecimiento del estado. Y, del nazismo, del exclusivismo judío como raza, y de su derecho a aplicar una política racista y de expulsión de los que viven en lo que consideran su territorio - es lo que, precisamente, facilitó su trabajo conjunto para obtener cada uno lo que creía correspondía a su propio interés nacional. Nazismo, zionismo. Son lo mismo.
Sin embargo, se preguntan los mismos judíos: ¿Cómo es que ha triunfado la mentira que iguala al judaísmo con el zionismo? Y responden: La historia la escriben invariablemente los que salen victoriosos de sus convulsiones. En el caso del forcejeo sionista-palestino del siglo pasado, este factor coloca inmediatamente al Estado israelí, a sus propagandistas y apologistas internacionales, en posición de timoneros ideológicos[6]
Pero esa historia está llena de leyendas y, a causa de esas leyendas, una parte importante de los pobladores de la entidad zionista está a favor de la expulsión de los palestinos, se han cometido horrendos crímenes y masacres, y se quiere hacer desaparecer a un pueblo.
En definitiva podemos concluir que el principal enemigo de la religión judía y del judío, sin lugar a dudas, es el zionismo. El antisemitismo es su mejor y más efectiva arma, pudiéndose afirmar sin temor a errores, al igual que lo han hecho importantes pensadores[7], que la ideología zionista es triplemente peligrosa y depredadora, y constituye ella misma una forma de antisemitismo porque destruye al judaísmo y al judío desde adentro, lo corrompe, lo aleja de su esencia humana al ser un conjunto de falacias diseñadas para confundir y reemplazar al ser, en su condición de hombre natural








[1] Carta de la Red Judía Antizionista Internacional, 2012. http://www.apc-suramerica.net/?p=5787: Red Internacional de Judíos Antisionista. http://www.michelcollon.info/Judios-contra-el-sionismo.html?lang=fr.
[2] Este texto, escrito hace mas de 100 años es  en si mismo una hoja de ruta del iluminismo zionista capitalista vinculado con una xenófoba élite de sabios que sin piedad explican los procedimientos para hacerse con el control del Mundo, esclavizar a la humanidad, secar sus recursos económicos y preparar la llegada del mesías. Si bien su objetivo fue otro, se ha dicho que, si se tratasen de una profecía, no hubiesen sido más ciertos que la propia realidad, la crueldad que demuestran hacia los humanos no sionistas y el derecho que se autoimponen de grupo sanguíneo vinculado al propio Dios… recuerdan las ideas de los grupos oligárquicos tales como el club Bilderberg, quien quizás son los actuales herederos de las ideas sionistas que en los protocolos se proponen. Los protocolos de los sabios de Sión. http://nomasmentiras.wordpress.com/2008/07/07/los-protocolos-de-los-sabios-de-sion/.
[3] Lo que hace, por ejemplo, que un estadounidense de origen judío  sea, ante todo, un judío que vive en Estados Unidos; que un saxofonista de padres judíos sea un judío que toca el saxofón, y hace de un  antizionista de ascendencia judía simplemente un judío antizionista. Rabinos Moshe Dov Beck, Yisroel Dovid Weiss, Meir Hirsh y Ahron Cohen. Carta de cuatro rabinos a Su Excelencia Sayyed Hassan Nasralá, Secretario General de Hezbolá. Nkusa.org / Rebelión (Introducción y traducción de Manuel Talens para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala). http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64491.
[4] El Mossad, Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales en español, se creo en diciembre de 1949 y depende directamente del primer ministro de la entidad zionista. Es una de las agencias de inteligencia de esa entidad y es el responsable de la recopilación de información de inteligencia, acción encubierta, espionaje y contraterrorismo en el ámbito munfial. La inteligencia y el contraespionaje al interior de la entidad zionista, de Cisjordania y de la Franja de Gaza, están a cargo del Servicio de Seguridad General (Shabak), creado en 1948.
[5] Pierre Stambul. Cuando son los israelíes quienes desmontan el mito del sionismo. http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=11414.
[6] Ver: Yisrael Dovid Weiss. Sionismo y judaísmo: definiendo la terminología. Conferencia en la en la Asociación Unida para Estudios e Investigaciones (UASR). http://www.nkusa.org/foreign_language/spanish/UASR.cfm.
[7] Ver: Mark Weber. El Sionismo y el Tercer Reich. http://es.scribd.com/doc/58339158/El-Sionismo-y-El-Tercer-Reich; David Comedi. El Sionismo de Hitler. Columnas – Reflexiones. http://senalesdelostiempos.blogspot.com/2009/04/el-sionismo-de-hitler.html

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